Dunas de arena inmensas, ciudades ancestrales sacadas de las mil y una noches, zocos de alfombras, cerámicas y especias. Conocé las ciudades de Casablanca, Fez, Marrakech.
Aluciná con sus mercados y no te pierdas de sentate en una terracita a tomar un té de menta.
Si visitás Marruecos no podés dejar de experimentar el adentrarte en el gran Sahara para ver uno de los atardeceres más increíbles de tu vida. Además, si te prendés podés optar por alojarte una noche en una tienda en pleno desierto.