Esta islita a solo 3 horas de Río es un enclave mágico y lleno de naturaleza.
Las calles de arena, las playas inmensas y los caminos entre la selva hacen de este lugar un pedacito de paraíso de donde no queres irte.
Para descansar elegimos una posada super cómoda en el centro, frente al puerto de pescadores.
Una semana para descansar cuerpo, alma y mente y regresar a casa renovadx.